martes, 12 de agosto de 2014

Tesoros escondidos

No se porque, pero siempre tiendo a no tirar nada, todo lo guardo, todo creo que va a tener una segunda o tercera oportunidad, y el deshacerme de los montones de cosas que nos invaden por todas partes requiere de mi, siempre, un ejercicio de disciplina, frialdad y contundencia. ¿Te acuerdas que cuando preparaba las tarjetas de Be my Valentine, no tiraba ningún resto de papel?. Es un tema recurrente en mi, otras veces hemos visto lo que hacíamos con los restos de papel, aquíaquíaquí, y aquí. Ahora vemos como de un trocito que no dice nada, podemos hacer que un regalo sea precioso, que una notita de amor quede enmarcada o que mamá nos de miles de besos.


















2 comentarios:

  1. Me encanta la etiqueta. Ojalá yo fuera tan mañosa para estas cosas. En casa soy una aspiradora y lo tiro todo todo todo.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Yolanda, solo es cuestión de práctica y dejarse llevar, pruébalo con calma, jugando con Hugo y vertáis que bien te sale.

    ResponderEliminar